AEP, Artículos, Banderas, normativa oficial, parlamentos, profesion, protocolo

Banderas y banderas

La comparecencia en rueda de prensa por parte del presidente del Gobierno y de la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, tras su encuentro oficial en la sede de esta institución, ha impactado más por las declaraciones en sí de sendos políticos, por la escenografía montada en el lugar elegido para esta aparición pública.
Veinticuatro banderas de España y de Madrid, ha sido el llamativo fondo a efectos de cortinaje, del escenario habilitado en el interior de aquellas instalaciones, moqueta roja incluida-color solemne- y dos atriles para ambos intervinientes. Una imagen que nos recuerda la parafernalia norteamericana en campañas y debates electorales y que prodiga hasta la saciedad la exhibición de la emblemática enseña de “barras y estrellas”. Al parecer, la idea de este montaje salió de Moncloa.
No es la primera vez que Pedro Sánchez hace apariciones públicas arropado por la bandera de España, lo que obviamente no deja de ser un mensaje, aunque es cierto que esta moda no la prodiga por cualquier sitio de esta España invertebrada que diría Ortega y Gasset; más que nada, por no molestar, ya que sabemos que en algunas zonas de nuestra geografía, a algunos dirigentes autonómicos le salen sarpullidos si tienen que compartir su espacio con la rojigualda y que para ellos suele ser la cenicienta que tiene que dar prioridad a otras enseñas, de menor precedencia.
Y es que en esto de exhibir la bandera de España, los mandatarios políticos se cuidan mucho de seleccionar donde hacerlo, puesto que saben, como decimos, donde puede molestar su presencia y en ocasiones, en estos sitios, optan por dar preferencia a la exhibición de la enseña autonómica, soslayando la española.
Dicho esto, se llega a la conclusión que para los políticos, el uso de la bandera es una acción o estrategia de marketing con la que transmiten en ese momento un mensaje concreto, obviando, lo que es grave, la aplicación de la Ley 39/1981 de 28 de octubre y que regula el uso de la Bandera de España y otras enseñas.

Anuncio publicitario
Estándar
Artículos, Congresos, Eventos, normativa oficial, profesion, protocolo

Nuevos tiempos, nuevos tipos de actos

Otra de las consecuencias del COVID es cómo afecta a nuestro devenir cotidiano en lo que atañe a la participación en la vida social, especialmente en el ámbito sociocultural-espectáculos como cine, teatro, conciertos, exposiciones, etc-. Las nuevas normas contempladas en eso que eufemísticamente el Gobierno ha denominado “nueva normalidad”-que no deja de ser una absoluta redundancia-, obligan a una serie de medidas de índole profiláctica o preventiva que condicionan la organización y celebración de esos eventos.
De esta manera, hay que considerar una serie de circunstancias en cuanto a la gestión de actos abiertos al público y todavía más en función de si éstos se celebran en espacios cerrados o al aire libre contemplando las medidas de distanciamiento de seguridad en salas, pabellones y espacios de acuerdo al aforo definido y delimitando zonas entre pasillos para la circulación de asistentes. Lo mismo en cuanto a prever colas de acceso que estarán debidamente marcadas y en ocasiones disponiendo de catenarias o cintas separadoras y en algunos casos la implementación de sistemas de conteo de personas y control de acceso-tanto automáticas como manuales-.
Es obvio, por otro lado, que los asistentes a cualquier acto, han de disponer a la vista de las normas que han de observar en todo momento y sobre todo las que son obligatorias como sucede con las mascarillas y advirtiendo a propósito del cumplimiento de los protocolos de higiene y distancia de seguridad y la aplicación del derecho de admisión para el supuesto del incumplimiento de dichos protocolos.
Y si ese acto incluye un servicio de catering, también su operativo está pautado, pues debe prestarse en condiciones de seguridad, evitando la presentación a granel de los productos o cualquier forma de disposición que no evite el contacto entre participantes recomendándose el formato en porciones individuales, productos estuchados o empaquetados; cafés e infusiones servidos en vasos desechables cerrados dentro de un buffet atendido por personal.
Los nuevos tiempos postcovid contextualizan cualquier evento cuando es presencial, pues limitan aforos que condicionan la propia naturaleza del mismo y el público asistente tiene que participar mentalizado respecto a que debe observar una serie de pautas preventivas y que en muchos casos afectarán a su relación intersocial con otras personas. Digamos que condiciona la propia calidez intrínseca del acto.
Es indudable que necesariamente será una etapa de transición que no se sabe por cuanto tiempo se va a prolongar, pero mientras tanto, es preciso que cada uno respete estas nuevas normas y pautas sociales de convivencia.

Estándar
Artículos, Casa Real, normativa oficial, parlamentos, profesion, protocolo

Realeza y monarquía

La monarquía española y de paso también la realeza, nuevamente está atravesando por una situación controvertida como sucedió en su momento con el procesamiento del Duque de Palma y esposa de la Infanta Cristina. Ahora el punto de mira está en el padre del actual soberano, don Juan Carlos y debido a su decisión de irse a vivir fuera de Zarzuela-y de España- a causa, tal como él mismo dejó constancia en la carta enviada a su hijo “de la repercusión pública de «ciertos acontecimientos pasados» y justificando que “he sido rey de España durante casi cuarenta años y durante todos ellos siempre he querido lo mejor para España y para la Corona».
La “convulsión social” ha surgido por el tremendo efecto mediático de esta determinación cuestionando la misma y convirtiéndola en un debate nacional, con sus detractores y sus partidarios. El propio rey honorífico anunciaba que se ponía a disposición de Fiscalía «para cualquier trámite o actuación que considere oportuna», que investiga el posible cobro de comisiones por la adjudicación del AVE a la Meca a empresas españolas.
Y esta circunstancia ha conducido a que se visibilicen algunas posturas críticas que reclaman que el anterior soberano renuncie a sus privilegios, entre ellos los protocolarios y de dignidad del cargo. Aunque conviene recordar que Don Juan Carlos de Borbón, padre de Felipe VI, continua vitaliciamente en el uso con carácter honorífico del título de Rey, con tratamiento de Majestad y honores análogos a los establecidos para el Heredero de la Corona en el Real Decreto 684/2010, de 20 de mayo y que está recogido en el RD 470/2014 de 13 de junio y que modifica el 1368/1987, de 6 de noviembre, sobre régimen de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes y en cuanto a su prelación en el ordenamiento protocolario tanto el monarca honorífico como su esposa, se sitúan a continuación de los descendientes del actual rey.
Volviendo a la carta que don Juan Carlos le envió a su hijo justificando su decisión de abandonar la morada real, asevera en ella que “Mi legado y mi propia dignidad como persona así me lo exigen». Y por su parte Felipe VI destacó la importancia histórica que representa el reinado de su padre, “como legado y obra política e institucional de servicio a España y a la democracia” y al mismo tiempo reafirmado los principios y valores sobre los que ésta se asienta “en el marco de nuestra Constitución”
Mientras, Unidas Podemos proyecta una proposición de ley orgánica que regule todos los aspectos relacionados con la Jefatura del Estado, incluyendo un método legal para inhabilitar a Felipe VI.
Pese a lo que a muchos les cueste asumir, en España tenemos monarquía parlamentaria representativa en la que “el rey simboliza la unidad y permanencia del Estado, como titular de un poder moderador del funcionamiento de las instituciones democráticas”, dixit DRAE.

Estándar
Artículos, Congresos, normativa oficial, parlamentos, profesion, protocolo

Nuevos parlamentos

Galicia y País Vasco han constituido sus respectivos parlamentos autonómicos. Hasta aquí ambas noticias coinciden, pero donde no lo han hecho ha sido en la forma de asumir sus funciones, pues los vascos lo hicieron sin acatar la Constitución ni ninguna otra invocación reglamentaria y como único trámite protocolario ha sido acceder al escaño previa convocatoria de su nombre, sin más parafernalias.
Cosa distinta acaeció en el Pazo do Hórreo donde los diputados cumplieron, eso si cada uno a su manera, con el procedimiento de jurar o prometer el cargo e incluso alguno lo hizo con ambas opciones, como le sucedió al nuevamente reelegido presidente de la Cámara autonómica, Miguel Angel Santalices, quien en primera instancia prometió su cargo a continuación corrigió para jurarlo.
El titular de la Xunta optó por la promesa que también utilizaron la mayoría de los diputados, aunque los nacionalistas, fieles a sus convicciones, hicieron uso de sus “recursos habituales” para justificar el “imperativo legal”, añadiendo en esta ocasión «me comprometo a ser fiel a Galicia y a defender los derechos nacionales y sociales de las gallegas y los gallegos y su libertad». Y como complemento, el ya tradicional ejemplar de Castelao “Sempre en Galicia” que es como su catecismo de cabecera y también la aportación de un clavel por parte de los representantes del BNG y la rosa por los diputados socialistas.
Resulta incongruente que se constituya una Cámara autonómica sin asumir los preceptos legales que la han creado, como son los contenidos en la Carta Magna que contempla la Organización Territorial del Estado y la conformación de su autogobierno con arreglo a sus respectivos Estatutos como norma institucional básica de cada Comunidad Autónoma e integrados en su ordenamiento jurídico. Lo que pasa es que de un tiempo a esta parte, hay algunos gobiernos autonómicos que se olvidan que forman parte del sistema de poder y se olvidan que funcionan porque la Constitución los reconoce.
Por lo demás, la constitución de ambas instituciones estuvo caracterizada por la nueva imagen a que obliga las medidas preventivas del COVID-restricciones de saludos nada efusivos, tribuna sin público, los privilegiados estaban siguiendo el proceso en salas auxiliares, botes de gel hidroalcohólico, mascarillas, desinfección por parte del personal de limpieza de la Cámara…y la separación de los escaños mediante unas mamparas transparentes que no dejan de ser una barrera a la hora de condicionar la comunicación entre los parlamentarios.

Estándar
Artículos, Comunicación, Educación, parlamentos, profesion, Relaciones Públicas

Insultos naturales

Hay que ver que ocurrentes son nuestros políticos. Y no nos estamos refiriendo a alguna de sus decisiones en el ejercicio de su actividad, y que muchas veces son erráticas y estrambóticas. También sus ocurrencias son producto de sus pensamientos y que cada vez que hablan públicamente, parece que sientan cátedra. La cuestión es que cada vez que vayan a abrir la boca, deberían asumir la frase aristotélica “El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice».
La nueva polémica ha sido servida, una vez más, por el “top ten” de los dimes y diretes, el líder podemita y vicepresidente segundo Pablo Iglesias quien en una reciente comparecencia pública justificaba, además en un espacio institucional como es la sede del Gobierno, los «insultos» y las «críticas» a los medios de comunicación, subrayando que en las democracias avanzadas hay que «naturalizar» que “cualquiera que tenga presencia pública o responsabilidades en una empresa de comunicación o en política, están sometidos tanto a la crítica como al insulto en las redes sociales». Y luego matizó «todos los poderes son objeto de crítica, el poder mediático también» y que «otra cosa es la crítica, que al poder mediático es tan legítima como la del poder político».
Dicho de otra forma, licencia para insultar. Cómo cambia la percepción de las cosas según estés de uno o de otro lado. Porque no es lo mismo soltar chácharas como líder de un partido de la oposición que hacerlo desde la palestra de la Moncloa investido con la aureola del poder fáctico, al margen de cómo haya llegado a esa alta representación del Estado.
Además, dos compañeras de Gobierno, que no del partido, salieron al paso para matizar sus manifestaciones. La ministra de Defensa, Margarita Robles afirmó que no compartía que se justifiquen los insultos considerando que «no son aceptables ni en las redes sociales, ni en ningún otro sitio” y añadió que “hay que construir una sociedad basada en el respeto, la tolerancia y en tender puentes” precisando que «el insulto no puede ser tolerado, aunque la crítica es muy sana. Los medios son el oxígeno de la democracia y no comparto las críticas ni las descalificaciones que puedan hacerse».
Y por su parte la ministra portavoz María Jesús Montero, pedía no incurrir en el «insulto y la amenaza» a los periodistas y ha apostado por «imponer el criterio de la razón» como las personas civilizadas» y agregó que «algunas veces la forma de expresarnos puede poner el acento en una cosa u otra» y defendió “la labor «imprescindible» de los periodistas para una «sociedad democrática”.
Qué importante sería que los políticos fuesen a cursos de comunicación para saber cómo hablar en público manteniendo su estatus como tales representantes públicos. Y recordemos que “el político, como el pez, muere por la boca”.

Estándar
Artículos, Banderas, Casa Real, Comunicación, Eventos, normativa oficial, parlamentos, profesion, protocolo

Ceremonia de simbolismos

La plaza de la Armería del Palacio Real fue el escenario institucional donde se celebró el “Homenaje de Estado a las víctimas de la coronavirus y de reconocimiento a la sociedad”, tal como rezaba en la invitación oficial. Implícitamente este reconocimiento era a los colectivos que le han hecho frente a esta pandemia en primera línea.
El acto fue presidido por el rey y en el mismo participaron representantes de instituciones, partidos-no estaban todos- y otros invitados. El presidente del Gobierno recibió a la Familia Real y a continuación se dirigieron a la línea de saludo para cumplimentar a las altas autoridades allí presentes. Saludo obviamente gestual, sin contacto físico como marcan las normas de cortesía y adaptándose a las pautas profilácticas del COVID.
Ha sido una ceremonia a la que se le quiso imprimir un carácter civil, laico y pletórica de simbolismo con un planteamiento sobrio y una arquitectura social muy peculiar, exenta de rimbombancias y evitando significados que pudieran suscitar otras interpretaciones. No vamos a polemizar respecto a cómo se generó la invitación oficial que cursó el propio Gobierno e incluso el formato del texto que poco tiene que ver con una redacción estandarizada tradicional: “El presidente del Gobierno transmite su deseo de compartir con…” y donde comunicaba que el acto iba a estar presidido por Su Majestad el Rey. Como tampoco matizar si fue correcto o no que invite el titular del Ejecutivo a un evento que preside el monarca y que se celebra “en su casa”…
Se montó una escenografía con una sobriedad en la estética-montaje de las sillas, de plástico blanco y sin estar vestidas, en círculo rodeando el pebetero central con la llama en honor de las víctimas y ubicado sobre una plataforma y en sus ángulos un discreto ornato floral verde, dos líneas de banderas de España y de todas las Comunidades Autónomas y el atril con el escudo de la Casa Real y la mayoría invitados con mascarillas oscuras, aunque algunos las portaban menos austeras y con logos o dibujos.
Y sobriedad en el desarrollo de la misma con la interpretación del himno nacional por la orquesta y coro de RTVE-otra opción hubiera sido, por ejemplo, la banda de música de la Guardia Real, pero el Gobierno prefirió mantener el espíritu “civil” del evento-, encendido de la llama, la ofrenda floral junto al pebetero, intervenciones por parte un representante en nombre de las víctimas y de los colectivos que han estado en primera línea de asistencia y finalmente la alocución del soberano.
Cosa distinta ha sido la misa en memoria de las víctimas convocada por la Conferencia Episcopal y a la que también asistieron los Reyes y que obviamente no tenía rango de “funeral de Estado” dada la entidad convocante.
El Gobierno ha optado por una ceremonia sin exaltaciones políticas de las que últimamente estamos sobrados debido al exceso de teatralidad y gestualidad por parte de nuestros representantes públicos. De hecho se produjeron imágenes inusuales, como la presencia del presidente de la Generalitat, quien accedió al lado de los flamantes reelegidos titulares de los gobiernos gallego y vasco. Y usual como al líder podemita con traje pero sin corbata, no sea que se vayan a romper moldes.

Estándar
Artículos, Casa Real, Eventos, normativa oficial, profesion, protocolo

Situaciones embarazosas

En ocasiones, en nuestras relaciones convivenciales, podemos encontrarnos en situaciones “sociales” embarazosas. Seguro que más de uno mientras lee esto, estará rememorando esos momentos “incómodos” y que para quien quiera dejar buena imagen ante los demás, a buen seguro que lo recuerda con sonrojo.
No obstante, hay otras personas que las protagonizan con tanta naturalidad que no sienten ningún ridículo y que además incluso puede llegar a convertirse en un actor consuetudinario de tales escenas sociales. Y con esto del COVID, ya hemos comentado anteriormente que estamos obligados a relacionarnos con los demás mediante otros usos concernientes a nuestro lenguaje gestual.
Y si no, que se lo digan al propio Felipe VI, quien con motivo del pasado acto institucional de escenificación de la reapertura de fronteras entre España y Portugal celebrado en Badajoz, siguiendo los instintos sociales, nada más bajar del coche se encontraba esperándole el presidente del Gobierno y a quien le iba a saludar con la mano, pero al darse cuenta de las “restricciones sociales” corrigió el movimiento, mientras el jefe del ejecutivo permanecía con la manos detrás del cuerpo mientras le explicaba que no podía corresponderle a su saludo. Más que nada por cuestión profiláctica antes que protocolaria o de cortesía.
Además, la justificación de estas nuevas maneras sociales de evitar el saludo tradicional, ha servido de excusa para que los mandatarios participantes iniciasen la conversación de bienvenida nada más encontrarse.
Y por cierto, que en ese mismo acto Pedro Sánchez tuvo como “asesor de protocolo” al mismísimo Felipe VI, pues cuando iban a posar para la foto oficial en la alcazaba, el rey corrigió la posición de aquel para que pasase a un lateral de la formación, dado que éste quiso que en el centro de la misma se situasen el presidente de la República portuguesa y el primer ministro luso, entendemos que como un gesto de cortesía por parte del anfitrión hacia sus invitados.
Y otro dato ceremonial producido en este acto y que se está repitiendo hasta la saciedad, es que la “línea de saludos” donde la máxima autoridad es recibida por otras personalidades, obvia el apretón de manos y se sustituye por una inclinación de cabeza. Es el nuevo protocolo COVID que está mudando los hábitos sociales evitando cualquier expresión de cortesía mediante contacto físico.

Estándar
Artículos, Banderas, Casa Real, Educación, normativa oficial, parlamentos, profesion, protocolo

Los méritos del emérito

Parece que el retiro del Rey don Juan Carlos I está siendo más movido de lo previsto. El padre de nuestro soberano está focalizando la atención de una parte de la clase política que está empeñada en retirar las imágenes del monarca que descansan en instituciones públicas. Nos estamos refiriendo a lo sucedido en el Parlamento de Navarra -Sala de Gobierno del Legislativo foral-, después de que la Junta de Portavoces aprobase una declaración presentada por Izquierda-Ezkerra para su retirada.
Pero todavía más, la portavoz de EH Bildu en el Congreso anunciaba que su grupo parlamentario solicitará la retirada de todos los retratos y estatuas del Rey Juan Carlos que haya repartidos en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo.
Y menos mal que la Mesa del Congreso rechazó la tramitación de la solicitud presentada por Unidas Podemos y otros partidos nacionalistas para investigar “posibles delitos” del anterior monarca, tras su abdicación. Se fundamenta esta decisión en el informe de los letrados del Congreso que oponía a cualquier indagación sobre las actividades de Juan Carlos I “ya que, aunque desde 2014 no sea inviolable, los hechos que se quieren analizar derivan de sus actuaciones cuando era jefe del Estado”.
Así pues, este ilustre miembro de la Familia Real no puede disfrutar de los beneficios que implican un retiro o una jubilación. “Creo que ha llegado el momento de pasar una nueva página en mi vida y de completar mi retirada de la vida pública” le escribía a su hijo, Felipe VI, en la carta que le dirigió con motivo de su “jubilación oficial”. Su situación parece más propia de un emérito que de un honorífico, considerando lo primero como “una persona que se ha jubilado y mantiene sus honores y alguna de sus funciones”, mientras que lo segundo define “enaltecer o premiar el mérito de alguien”.
Tanto Juan Carlos I como su esposa, mantienen vitaliciamente el título de rey y reina con carácter honorífico, tal como se recoge en la modificación del Real Decreto 1368/1987, de 6 de noviembre, sobre régimen de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes y donde asimismo se especifica que recibirán tratamiento de Majestad y honores análogos a los establecidos para el Heredero de la Corona, Príncipe o Princesa de Asturias. Incluso se expresaba gratitud “no es sino la forma de plasmar la gratitud por décadas de servicio a España y a los españoles”.
La Corona atraviesa tiempos convulsos a tenor de las acciones de determinadas fuerzas políticas poco o nada constitucionalistas. Bueno, ya hasta se han liberado sanciones por “ultrajar” una imagen de los soberanos.

Estándar
Artículos, Comunicación, parlamentos, profesion

Pan y Circo

“Pan y circo” es una locución latina que describe la práctica de un gobierno que, para mantener serena a la población y solapar hechos controvertidos, provee a las masas de alimento y entretenimiento. El origen de esta frase la encontramos en la Sátira X del poeta romano Juvenal.
“Hace ya tiempo, desde que a nadie vendemos votos, se ha desembarazado este pueblo de responsabilidades. Y es que el que otorgaba antaño generalatos, insignias, legiones, todo, ahora se retrae y ansioso no pide más que dos cosas: pan y carreras de caballos”.
Es más que obvio que no estamos en aquella época de la Roma imperial donde la celebración de los Triunfos eran auténticas ceremonias de exaltación con todo aparato, pompa y boato en favor del general-o político-homenajeado. Sin embargo, a la vista de lo que está aconteciendo últimamente en nuestro entorno sociopolítico más próximo y en el que desenvolvemos nuestra convivencia cotidiana, necesariamente evocamos aquella etapa histórica en la que el Poder organizaba magnos espectáculos populares-esto es, con invitación ex profesa al pueblo- tales como combates de gladiadores, carreras de cuádrigas, luchas de fieras, representaciones teatrales, combates náuticos…
Lo que ocurre es que las prácticas están adecuadas a los nuevos tiempos. El pueblo ya no tiene que asistir al circo romano para presenciar el espectáculo. Ahora se hace a través de la televisión. Y el “pan” tampoco se reparte en el propio coliseo. Ahora se hace a través de ayudas y subvenciones. La cuestión está en que al pueblo hay que mantenerlo entretenido para que no relativice sobre la situación actual.
El mismo Gaspar Melchor de Jovellanos en 1812 impulsó la publicación de “Pan y toros”, entendida como una “oración apologética en defensa del estado floreciente de España en el reinado de Carlos IV” y difundido en la plaza de toros de Madrid.
Pero sin el ánimo de frivolizar, situaciones como las que ahora mismo estamos atravesando, el pueblo-la ciudadanía- no quiere circo, aunque eufemísticamente esto sea hoy en día el fútbol, ya autorizado, ni quiere el agasajo de un bocadillo, quiere resoluciones a sus problemas sin necesidad de acudir a una línea de subvenciones que palien una deficiencia momentánea. La calidad de vida empieza por la dignidad de la persona y que su trabajo le permita ser parte de esa sociedad en la que ahora mismo está confinado y donde sus movimientos están restringidos.
Por eso no quiere discursos ni una retahíla de mensajes basados en estrategias de marketing y mucho menos de imposturas. Quiere convivir en un estado de bienestar exento de florituras que disimulen defectos.

Estándar
Artículos, Banderas, normativa oficial, parlamentos, profesion, protocolo

Estética y marketing

Uno de los debates sociales de estos días y suscitados a causa de la incidencia de la pandemia del COVID, se refiere al luto oficial, tal como ya hemos comentado en más de una ocasión. Pero es que la acción de tal duelo no se manifiesta exclusivamente a través de la expresión plástica de las banderas poniéndolas a media asta e incorporando-sólo en las de interior- un crespón negro colgado de la moharra o lanza del propio mástil.
Otra manera de visibilizar esta expresión de luto o dolor es a través de un complemento de nuestra ropa como es la corbata y que como tal, se convierte en un elemento de comunicación fundamentalmente por medio del color o dibujos de la misma. Así, tal como establecen las pautas sociales de etiqueta, cuando se acude a un funeral, lo adecuado es que el hombre, si viste esta prenda, ésta sea en tonos oscuros, como una muestra de respeto hacia la familia del finado, por lo que no es procedente llevarla en colores vivos y no tiene por qué ser necesariamente negra, que es la apropiada para los familiares.
Pues bien, como decimos, estos días se está debatiendo a propósito de las reticencias del Gobierno de España a declarar el luto nacional-cosa que anunció su presidente «en el momento en que la mayor parte de nuestro país esté en la Fase 1 de la desescalada», aunque con tanto galimatías de fases por Comunidades Autónomas, ya no se sabe donde sitúa esa fase adecuada para tal declaración-.Y mientras no se apruebe el correspondiente decreto que lo formalice, su máximo representante-recuerden, el presidente-en sus comparecencias públicas-tanto en el Congreso de los Diputados como en sus semanales alocuciones televisivas-, rechaza vestir corbatas en esos tonos marcadamente oscuros, a lo más, esporádicamente, lo hace con colores livianos.
Mientras, los líderes representantes a las fuerzas políticas primordialmente del centro-derecha, esto es, Partido Popular, VOX o Ciudadanos o el propio monarca, visten corbatas apropiadas a una expresión de duelo, con lo que están patentizando un claro mensaje a la sociedad, pues reiteradamente están reclamando del Gobierno que apruebe tal declaración del luto oficial en el Estado y que ahora mismo es el único que falta, pues Autonomías, Ayuntamientos y Diputaciones ya han hecho o están haciendo lo propio.
Así pues, como comentamos, a través del mensaje que se proporciona con el uso de la corbata, se está combinando la estética y el marketing y su exhibición, en este caso concreto, está acorde con la manifestación oficial de un luto que está reclamando todo un país. Cuando esto suceda, observaremos la indumentaria de nuestros gobernantes y asistiremos a una metamorfosis.

Estándar