Artículos, Educación

VIOLENCIA EN LA RED

Las redes sociales no sólo sirven para que la información circule a gran velocidad y se transmita instantáneamente, sino que, al no existir control de sus contenidos, se convierten en un arma arrojadiza que vulnera los más esenciales derechos y no solamente perpetran un delito, sino que su mal uso, genera deleznables acusaciones.
Por ejemplo, lo más reciente ha sido la difusión de las imágenes en las que un joven agredía una patada a una mujer mientras otra persona grababa semejante “animalada” que es como debe definirse esa execrable acción. A pesar de que después de difundir en la red semejante tropelía, cuatro días después, fue localizado dicho energúmeno, a que por cierto, se la imputó una falta por vejaciones.
Ignoramos que pasaría si a alguien de la familia de ese agresor exhibicionista, alguien le hiciese lo que él protagonizó. Seguro que no disfrutaría tanto como cuando propinó esa “coz”- símil adecuado a la acción descrita-, a esa mujer.
La cuestión es. ¿Por qué se llega a esta situación?. Es la pregunta del millón y de nuevo la juventud está en el punto de mira. Afortunadamente con casos aislados, pero no deja de ser preocupante lo que está sucediendo. No son jóvenes marginales. Son jóvenes que no han asimilado los valores esenciales para convivir civilizadamente y aquí es donde nuevamente hay que poner sobre la mesa si realmente está funcionando nuestro sistema educativo y que no sólo es competencia de la Administración, sino de aquellas personas que están en el entorno de esos jóvenes(como la familia) que ignoran cómo comportarse como seres civilizados, en lugar de ser nos inadaptados en la selva urbana.
Es algo parecido a lo que sucede cuando se destroza el mobiliario urbano o se protagonizan en la calle desmanes o agresiones entre grupos o grupúsculos.

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